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En un contexto social tan particular como es la prisión, confiamos en la animación sociocultural como estrategia de trabajo que permite acrecentar las posibilidades de educación en el respeto a los derechos de la persona.

Sabiendo de las dificultades que impone este contexto (centralidad en el control, aislamiento social, falta de autonomía, impactos sobre la persona, "queme" profesional), la experiencia en la prisión de Monterroso es una muestra elocuente de las posibilidades de esta metodología en la mejora de las condiciones de convivencia.

A través de un proceso de investigación - acción - participativa, la comunidad penitenciaria (presos, personal de Interior, equipo técnico y entidades externas) se implicó en el análisis de su realidad con el objetivo de transformarla. De ese proceso de reflexión nacieron líneas de acción que buscan mejorar las posibilidades de educación en prisión.

 

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